En 1956, Daniel Swarovski presentó el efecto Aurore Boreale (el efecto AB), que se denominó así por el fenómeno natural conocido con el mismo nombre. Este efecto es un nuevo método revolucionario de revestimiento de la superficie que permite que los cristales resplandezcan con aún más brillo en todos los colores del arcoíris.
Christian Dior fue el primer diseñador que usó este efecto en muchas de sus inolvidables colecciones. Hoy en día, el efecto AB sigue siendo muy popular en casi todas las categorías de productos.